Ecología Política del Sur
martes 22 de junio de 2021

"No es posible una vida digna dentro de este modelo"

Entrevista a H. Machado Aráoz en El grito de la Tierra

Audio entrevista completa en El Grito de la Tierra, Radio Sudaca (Trelew):  https://www.ivoox.com/horacio-machado-el-grito-tierra-29mayo2021-audios-mp3_rf_70715771_1.html 

Horacio Machado Araoz, Profesor de la Universidad Nacional de Catamarca, Investigador del CONICET, Coordinador del Equipo de Ecología Política del Sur del Centro de Investigaciones de Catamarca, con una larga trayectoria recorriendo territorios y aportando conocimiento a las causas de los pueblos fue entrevistado por Pablo Lada y Teresa Höger en una extensa y fructífera charla en “El Grito de la Tierra”, el programa socioambiental de Radio Sudaca, donde se explayó respecto a temas de su intervención en el panel “Democracia en Crisis. Extractivismo, contaminación social y participación comunitaria” en el Foro por la Iniciativa Popular organizado por la Unión de Asambleas de Comunidades; recordó el papel del periodista Javier Rodríguez Pardo en la lucha contra el extractivismo; se refirió a los orígenes de una matriz estructural de colonización que aún perdura y reflexionó acerca del rol de la ciencia como traductora de las luchas de los pueblos por la liberación.

La incompatibilidad entre extractivismo y democracia

GT: Una de las frases que nos ha quedado reverberando del Foro es “donde hay extractivismo no puede haber democracia”. Un poco queríamos desarrollar eso ¿Cuál ha sido en Catamarca el impacto de la gran megaminería en el Estado, en los Estados mineros o Mineraloestados?

La lucha contra la megaminería es un campo de concientización social clave que nos va revelando una trayectoria ecocida y genocida, una trayectoria de deshumanización a la que nuestro mundo fue arrastrado en nombre de la civilización y del progreso. Eso me llevó a ver los orígenes de este tipo de minería, la minería trasnacional a gran escala y realmente la minería es una maquinaria de devastación del suelo, de la humanidad de lo humano, es la base de una economía de guerra que no solamente produce la destrucción y la devastación de las fuentes de vida sino que produce desigualdad y que produce un régimen político donde el poder está necesariamente concentrado, donde las libertades y los derechos más elementales quedan como aspectos subsidiarios que las empresas o los Estados otorgan de acuerdo a su conveniencia. No es posible una vida digna dentro de este modelo, de cómo se fue gestando. Este tipo de minería en realidad es como la punta de un iceberg que en definitiva está mostrando la insustentabilidad de un sistema, de un régimen de poder global, que tiene sus expresiones regionales, nacionales y locales y que funciona como una maquinaria de opresión y de devastación de la humanidad y de la madre tierra. Es por eso que estas luchas nos llevan, de alguna manera, a una lucha integral por la vida, en las fuentes de vida, pero también por el sentido de la vida. Uno empieza a darse cuenta de que no es solamente un proyecto, no es solamente una empresa, después te das cuenta de que no es sólo el oro, el uranio ni el litio y después te das cuenta de que no es solamente la minería, es el agronegocio, la economía fósil y que no es sólo el impacto ambiental sino los efectos sociales, los económicos, los políticos. Y después caemos en la cuenta de que es absurdo plantear lo ambiental como algo separado de la vida social porque lo ambiental es el suelo donde brota la vida, donde brota la cultura, el modo como tratamos la tierra se refleja insoslayablemente en el modo en cómo nos tratamos entre semejantes, en nuestro modo de organizar y producir la vida social en general.

El origen de la estructura de devastación

GT: ¿Que hilo conductor hay entre este presente y aquel pasado que vos analizaste en el libro “Potosí, el origen. Genealogía de la minería contemporánea”? Vos arrancas con los orígenes: la época del genocidio, la colonización, ¿qué vínculo encontramos con el presente?

Estamos hablando de una estructura o un tipo de minería que nace como empresa de invasión, conquista y colonización y es ese modelo de minería el que hoy está acá presente. La estructura no ha cambiado, hay cosas que por supuesto: las metodologías, estrategias, las tecnologías, las instituciones, los recubrimientos institucionales sí, pero hay elementos que son estructurales y de fondo que son iguales. Lo que es importante tener en cuenta es que como nosotros los humanos somos seres terrestres, somos seres minerodependientes, eso es fundamental tenerlo claro para desmontar una falacia que generalmente usa el discurso minero “todos vivimos de la minería”, si, por supuesto, ¿cuál es la novedad? Somos seres terrestres, nuestro cuerpo hace parte del ciclo mineralógico de la tierra, por nuestros cuerpos pasan fósforo, potasio, calcio, hierro…no se trata de decir todo es minería se trata de decir, de qué metabolismo, de qué ritmo, de qué proporciones, a qué escala, yo necesito calcio pero si me consumo diez toneladas de calcio, de sodio …

GT: Ciclo que además rompemos al hacer estas cosas, no?

Se trata del ritmo de la vida. Lo que esta minería empieza a hacer es a violentar los ritmos y los flujos de la vida porque se ve a la tierra no como hábitat, como un territorio para afincarse y vivir allí, sino que la mirada del conquistador es la que ve el territorio como un objeto de saqueo, como botín de guerra. Ellos vinieron armados, hombres, armados, violentos, dispuestos a usar la violencia y todos los medios que tengan a mano para obtener en el menor tiempo la máxima riqueza posible entendiendo por riqueza una riqueza mercantil, como valor de cambio. Ese es la historia original de la minería y ese es el hilo, uno de los hilos estructurales y conductores que unen 1492 o 1545 que es el detonante, yo hablo de la “revolución mineral” que produjo la explotación de Potosí como el detonante de la modernidad. Nos enseñan que la modernidad nació en Europa con la revolución francesa y la revolución industrial y para mí eso es un mito eurocéntrico porque no hay revolución francesa ni revolución industrial sin antes la revolución mineral que detona con la puesta en explotación del Cerro Rico de Potosí del cual van a salir las dos terceras partes de toda la moneda que se usó como medio de cambio, como valor en el comercio internacional del naciente sistema capitalista mercantil.

GT: Es por eso que hablas de una suerte de nacimiento del Capitalismo como lo vamos conociendo a partir de Potosí?

Javier (Rodriguez Pardo) siempre decía hay que seleccionar y detenerse a pensar que significa la frase “Vale un potosí”, dónde y cómo surgió y se acuñó esta expresión, Potosí como sinónimo emblemático de la máxima riqueza posible. Todo el gran imperio español estuvo asentado en las entrañas del Cerro Rico de Potosí. España durante el siglo XVI, XVII va a ser la potencia que va a controlar casi todo el mundo Europeo tal como lo conocemos hoy y era una maquinaria militar y mercantil sostenida sobre la riqueza del Cerro rico de Potosí.

GT: Pero hubo Revolución de Mayo, vino la Independencia y nos  sacamos a los españoles de encima, ahora tenemos una recolonización de este continente? Que podemos decir de estas trasnacionales que llegan y actúan como Estado?

La verdad es que efectivamente es importante reflexionar la herida colonial que sigue presente. Porque nuestras elites criollas desplazaron a los gestores virreinales pero después de unas series de escaramuzas y de búsquedas de otras alternativas la elite que termina apropiándose del Estado Argentino, que termina construyendo la estatalidad Argentina se contentó con ocupar el lugar del colonizador y seguir ejerciendo el rol del colonizador. La matriz primaria exportadora con la que nace o con la que es sometida América Latina en general, no solamente nuestro país sino toda nuestra américa al mercado mundial como un vínculo de dependencia y lugar dependiente, proveedor de subsidios ecológicos para el consumo imperial de las metrópolis, ese lugar no fue cambiado por la Revolución, se termina de consolidar en nuestro país en el siglo XIX con el completamiento de la tarea genocida de  la concentración de tierra y la configuración de ese modelo primario exportador que después de la Constitución de 1860 y hacia fines del siglo XIX se termina de consolidar. El Estado no es que preexistía, el Estado es un producto emergente de las tecnologías de poder que se fueron usando para la explotación extractiva de los territorios, eso también es fundamental entender y es clave tener presente la alianza público privada que es otro elemento que hoy vemos. Hoy vemos los Estados como socios subordinados de las corporaciones trasnacionales. Es el reflejo de lo que antes era “El adelantado español” que iba con la merced otorgada por la Corona para hacer todo porque la minería era un asunto de Estado para el Reino de Castilla y Aragon,… era una empresa llevada a cabo por privados en nombre de la Corona…hoy vemos lamentablemente eso, los adelantados son principalmente las grandes empresas trasnacionales y todas las ramificaciones institucionales que han ido urdiendo. Javier (Rodríguez Pardo) tenía una metáfora muy rica e ilustrativa para entender esto, las empresas trasnacionales son hoy la gran cañería que une nuestro territorio como una gran aspiradora que está succionando nuestros territorios y está llevando las riquezas hacia otros destinos y hacia otros sectores sociales. Estas empresas hoy están ramificadas, cuando en el 90 empezó esto estaban muy expuestas y visibles y ahora es como un tumor que se ha ido ramificando y ha ido colonizando áreas de universidades, áreas de gobierno … en Catamarca, Salta, La Rioja, San Juan uno ve el catastro de pedimentos mineros y se va a sorprender viendo funcionarios, secretarios de minería de estas provincias como titulares de estos pedimentos mineros. Entonces hay una trama muy compleja y muy perversa, porque hay que tener en cuenta que nosotros de los 70 para atrás, entre 1940 y 1970 el modelo de minería del país era un modelo de minería que estuvo estructurado en base a un imaginario nacional desarrollista que pensaba “los minerales tienen que ser la base para proveer la industrialización del país”. El Estado realizó un montón de inversión pública en exploración, en cateo, en la realización del mapa mineralógico del país con esa idea también colonial, que admitiría también otro tipo de discusiones, de ser la base de una industria nacional para una independencia económica. Todo ese imaginario fue absolutamente arrasado con los 90; en los 90 se archiva la idea de aspirar a ser un país económicamente independiente y aceptamos sumisamente ser una colonia económica proveedora de bienes naturales. Los geólogos que fueron formados, docentes, en los 90 se convirtieron en gerentes, en la planta gerencial de estas empresas trasnacionales, esos son los Adelantados de hoy.

Recuerdo de Javier Rodriguez Pardo

A Javier lo conocí en el 2005 en Termas de Río Hondo, la primera vez que lo escuché con esa oratoria conmovedora que tiene, con esa sabiduría tan profunda, es un don grande de la vida haberlo conocido y de ahí en adelante su corazón tan generoso, lo estuvimos llamando para interiorizarnos acá sobre las luchas y para que nos apoye, él incondicionalmente venía y nos ha dado una mano enorme. Hemos compartido meses durante distintos años en las luchas en Fiambalá cuando quiso explotar la CNEA una mina de uranio. Estuvimos como 3 meses con Javier un poco acá en Catamarca y otro poco allá en Fiambalá haciendo recorridos, dando charlas en las escuelas, organizando con las comisiones de regantes, los agricultores de la zona. Después otro momento fue allí en Andalgalá donde Minera La Alumbrera había construido unos piletones a cielo abierto a metros de un barrio para depositar los relaves que se perdían de las pérdidas del mineraloducto. Son enormes los recuerdos, el saber y la ternura de esos momentos de lucha vividos con Javier. Él ha sembrado esta conciencia tan humana por la lucha de la vida digna que realmente muchas de las luchas que hoy estamos viviendo son las flores que están germinando de esa siembra que Javier hizo.

GT: Coordinas el “Equipo de Investigación de Ecología Política del Sur integrado por más de 10 investigadores del Conicet, ¿son una isla o son realmente una pata importante del gobierno?

Es la economía política de la ciencia en el país que tampoco es tan distinta a nivel mundial. Hace un tiempo si uno se pregunta en términos de las problemáticas globales que tenemos, el calentamiento global, etc., uno va a ver que la ciencia sabe cuál es el problema, qué es lo que hay que hacer. El poder usa la ciencia selectivamente. Trata de funcionalizar la ciencia para el sostenimiento del sistema, entonces, hay una ciencia oficial, oficialista u oficializada que es la hegemónica y debajo de ellos hay ramas, redes, tramas de vínculos de cooperación que subsisten como corrientes marginales, marginalizadas. Hay un campo de poder adentro mismo de la ciencia, donde nosotros somos pequeños, somos poquitos pero no estamos solos, no estamos aislados, hay una red muy importante de investigadores que hacen parte del CONICET que están planteando todos estos debates y no solamente en el campo minero sino también en el campo petrolero, en el campo del modelo de agronegocio, por supuesto somos gente que no tenemos muchos recursos, que no tenemos mucho presupuesto, que no tenemos mucho micrófono por eso también hay un efecto positivo de esto: que la forma de crecer y de que la sociedad escuche esto es a través de intensificar los mecanismo de cooperación, también hay mucha confraternidad y cooperación adentro de este campo de ciencia contrahegemócia que es muy diferente de las redes de competencia que hay en la ciencia oficial.

GT: Respecto del trabajo del Equipo que coordina y el documento “Vandalismo o estallido social” producido a propósito de los hechos de abril de 2021 en Andalgalá en los que se produjo el incendio de oficinas de MARA… ¿Qué podemos decir de esa condena de la violencia que busca esconder la naturaleza política del conflicto y legitimar una escalada represiva, que violencias se esconden detrás?

Principalmente una violencia simbólica que tiene que ver con el cinismo y la hipocresía de esconder el origen de una conflictividad estructural que tiene que ver con el secuestro de la democracia porque se omite quién tiene derecho a decidir sobre el territorio entonces toda la estructura, toda la fachada institucional está puesta al servicio de la expropiación del territorio, del despojo y del desplazamiento de la población. Nosotros tenemos acá una falla de legitimidad democrática de origen, que son las leyes mineras de los 90. Esas leyes pasaron por el Congreso pero fueron redactadas por el Banco Mundial…ningún gobierno ha dicho bueno vamos a hacer esto, vamos a darle 30 años de estabilidad fiscal, vamos a dar este tipo de beneficios impositivos…es una violencia estructural que empieza con la imposición de un marco normativo y que continúa con un mecanismo de procedimientos que lo único que hacen es viabilizar las explotaciones, lo que tenemos son aparatos estatales que están subordinados funcionalmente a los intereses de las explotaciones, esa es la violencia estructural. El pueblo de Andalgalá encima hace 15 años que viene sosteniéndose y diciendo que NO. Hemos visto varias veces durante las elecciones que el tema minero es un tema tabú, los candidatos no saben que decir pero en Andalgalá era tan claro el consenso antiextractivista que el Intendente al principio allá por el 2005/6 ganó las elecciones diciendo que iba a hacer un plebiscito por Agua Rica, ganó las elecciones porque la gente quería un plebiscito, ese plebiscito nunca se hizo… Detrás de eso, los sucesivos intendentes llegaron a la Intendencia con un discurso donde el eje de la campaña era NO a Agua Rica…, pero una vez en el poder empiezan con estos titubeos… por eso también esta lucha tiene un efecto democratizador, porque es construir una legalidad desde abajo frente a la legislación vertical de arriba impuesta en los 90 por el Banco Mundial después sostenida por Menem, Kirchner, Macri y Fernández, frente esa legislación desde arriba acá comienza un poder constituyente desde abajo, es un poder popular que lleva a la restitución del pueblo del derecho a decidir sobre su propio territorio, a decidir sobre su modo de vida en definitiva, por eso hay un efecto de esta lucha, por eso digo lo ambiental no puede ser separado ni de lo económico ni de lo político ni de lo cultural. En este caso la minería expresa una radiografía de poder que se impone desde arriba entonces la imposición, la verticalidad, el sometimiento son parte de la ecuación fundamental del modelo de explotación minera y la resistencia construye otra vía y otro modelo desde esa dinámica de democratización de los territorios por eso este es un conflicto político y es un conflicto por la democratización.

GT: Pero allá la Ministra de Minería dice que va a conseguir la licencia social a como dé lugar…

Ese es otro capítulo, qué entienden ellos por licencia social… nosotros decimos ahí que más que una promesa tranquilizadora suena a amenaza preocupante, en el mejor de los casos vamos a esperar un festival de dádivas de esos que vemos antes de las campañas electorales que uds. conocen muy bien, festival de dádivas que encubre en realidad la política de despojo y la idea esta de compensación, bueno “vamos a hacerles un hospital con tal de que den la licencia social”, qué tiene que ver una cosa con la otra? La vida no tiene precio, no es objeto de negociación en el sentido de vamos a hacer un toma y daca, la lógica política lamentablemente no entiende esto de construir consensos, de la argumentación, de la fundamentación, del ponerse de acuerdo en el cómo, etc. Para ellos construir consensos es negociar y negociar es eso “si voy a aceptar la minera por lo menos poneme una escuela” y la verdad que la gente ya no entra en eso.

GT: Como decías en el Foro, tratan de Con-Vencer

Así es, la licencia social está totalmente desnaturalizada, es finalmente la imposición de una decisión que está previamente preestablecida. El proyecto se hace sí o sí, a lo sumo la comunidad lo único que va a poder decir es qué va a conseguir como “compensación” de algo que no se va a discutir.

Finalmente y para cerrar Horacio culminó reflexionando acerca del rol de la ciencia y la academia: “Nuestro rol en el lugar de producir conocimiento, de legitimar conocimiento, nuestro rol muchas veces es sencillamente traducir las luchas de los pueblos porque esas luchas construyen conocimiento, conocimientos para la liberación. La utilidad social de la ciencia está en directa proporción en cuanto esa ciencia está nutrida y construida en diálogos con las luchas por la liberación. Esa es una tradición muy larga en la filosofía y la ciencia latinoamericana y nosotros aprendemos de eso, aprendemos de eso y aprendemos de los pueblos, no es que es una tarea del científico, el científico produce cosas que pueden ser positivas o tóxicas de acuerdo al entorno ecológico de ese conocimiento, entonces hay científicos que están en entornos tóxicos y ya sabemos que van a producir, de lo que se trata es eso, de saber a donde uno está arraigado, de que tierra se está nutriendo.

Imagen: Juan Thomes